jueves, 29 de mayo de 2014

Mi imaginación

Mi imaginación y yo hoy estamos revoltosas. Por eso no me apetece cargar con lo establecido, con las normas, con las leyes, con los plazos. Hoy me apetece ser yo misma, ir contra todo y contra todos, ser un torbellino que revuelve todo a su paso. Por eso te miro, te desafío. Me levanto y te digo que paso, que no me apetece. Tú me miras, sin verme. Yo sigo ahí mirándote, de pie y tú vuelves a tu rutina. Me descolocas, me ciego, me enfado, estoy a punto de gritarte pero me freno antes, ¿qué te has creído, que no vas a hacerme caso? Intento nuevamente llamar tu atención, captar tu mirada, sentir la vida que hay tras ella. Una vez más el fracaso se presenta ante mí en forma de ausencia. Hoy busco guerra y no te encuentro. No encuentro tu mirada firme, seria, esa que me dice que me comporte, que ya sé lo que tengo que hacer. Esa que hace que el torbellino se convierta en brisa fresca, la que hace que me calme. En cambio ahora solo encuentro fuego, ganas de gritar, de gritarte. ¿Dónde estás? porque claramente aquí no, sino te vería, más bien te sentiría, no hubiera hecho falta ni siquiera que me levantara, me hubieras mirado antes, una simple advertencia y el viento hubiera amainado. Me hubiera centrado en hacer lo que me corresponde. En cambio te veo pero sé que no estás, ni siquiera te intuyo en la lejanía. Tecleas con desgana, inversamente proporcional a las ganas que se asoman en mis ojos, en mis gestos. Ganas de poner el mundo patas arriba, de gruñir, de ladrar si hace falta. Y tú en vez de apretar más la correa me desatas, me das la libertad para que vaya contra el mundo y me lo coma, y le gruña, y le ladre. Y entonces me descolocas. El torbellino me atrapa y me revuelve, me eleva y me deja caer tan rápido como me levantó. Y es entonces cuando me doy de bruces contra el suelo porque tu ya no estás, porque solo queda el vacío de tus ojos y el frío distante de tus labios. Ahora ya no estás, pero, ¿alguna vez estuviste? La caída duele pero no calma. Vuelve, hay algo en mí que todavía te necesita.